La mañana de este pasado miércoles durante la entrevista de TCS, el director de la Policía Nacional Civil (PNC), Howard Cotto, y el Ministro de Seguridad, Mauricio Ramírez Landaverde, opinaban acerca de las nuevas implementaciones de seguridad que ofrecería la fuerza del Triángulo Norte centromericano. Mientras todo pintaba a que sería una entrevista rutinaria que finalizaría con normalidad, sucedió un hecho que la desvió el tema original del debate.
Durante un corte comercia, las máximas autoridades de seguridad fueron informados de una lamentable noticia: el luto volvía a llegar. El homicidio de un agente de la PNC y el hijo de este, en Quezaltepeque. El homicidio número 43 de un agente de la corporación policial. La tesis simple se desarrolló en ese momento: Ataque directo a la Policía.
Durante la tarde de ese mismo día, Cotto afirmó que “La MS, viviría su peor momento”. Como respuesta ante el flagelo, las autoridades del Ministerio de Justicia y Seguridad decidieron ese mismo miércoles, trasladar a los miembros de pandillas involucrados en ataques a soldados y policías al centro penal de máxima seguridad del país, ubicado en Zacatecoluca.
Mi pregunta es la siguiente ¿No fue este grupo terrorista el mismo que negoció con los tricolores, el alcalde Salvador Ruano, y el diputado Ernesto Muyshondt? Esos mismos que ahora andan libres e impunes del caso. Mientras el Fiscal General se ha dado a la tarea de dedicarle su tiempo al alcalde de San Salvador y decirle que “agarre su escoba”
Es que a cualquier le nace la duda. ¿Realmente ellos quieren terminar con las pandillas? Veo altos funcionarios como Cotto llenos de intenciones por combatir la criminalidad, diputados como Guillermo Gallegos aportando en temas de planificación de la prevención y la condena. Pero se ven otros funcionarios con tratos oscuros, que se sientan a negociar debajo de la mesa.
Señor fiscal seguimos esperando muchos procesos necesarios, no queremos un show por el “mal uso” del logotipo de La Prensa Gráfica, queremos resultados contra los negociadores, contra los funcionarios que tienen pasos oscuros.
Ojalá que aquella enseñanza de primer grado, donde en la Cívica recordaba aquellas tres palabras que nos representan, fuese una realidad, que la Libertad llegara a nuestro país, que nos pudieramos Unir para estos días complicados, pero sobre todo que Dios se apiade de nuestros funcionarios públicos.