El Gobierno de Estados Unidos ha tomado la decisión de acabar con el Estatus de Protección Personal (TPS), para Haití y países centroamericanos, entre ellos El Salvador.El New York Times retrata cómo ya muchos empresarios están preocupados por los empleados que se perderían tras la ausencia de los compatriotas.
“Los líderes empresariales a menudo insisten en que no pueden encontrar empleados, punto, más allá de si son o no estadounidenses. Las empresas de construcción ya enfrentan una escasez de trabajadores y ahora tendrían que remplazarlos con lo que dijeron es una oferta minúscula o terminar por no aceptar involucrarse en proyectos”, retrata el medio en su artículo.
La mayoría de beneficiarios del TPS están concentrados sobre todo en California, Texas, Florida, Nueva York, Virginia y Maryland y trabajan sobre todo en construcción, restaurantes y tiendas de autoservicio, así como de jardineros, paisajistas y cuidadores esto según datos disponibles del Center for Migration Studies, organización sin fines de lucro que se ha pronunciado a favor de mantener el programa.
El pasado lunes, el gobierno de Donald Trump, anunció el fin del programa para 200.000 migrantes salvadoreños que deberán dejar el país para septiembre de 2019 o enfrentarse a la deportación. A este número se suman sus núcleos familiares, muchos empleados en diversas áreas.
“No hay estadounidenses allá afuera que vayan a tomar estos empleos”, dijo Mark Drury, vicepresidente de Shapiro & Duncan, una empresa de plomería y calefacción en Washington al New York Times.