La primera ministra de Nueva Zelanda, Jacinda Ardern, anunció que prolongará hasta el 31 de agosto el confinamiento decretado a nivel nacional para contener un rebrote del COVID-19 vinculado a la variante Delta.
A partir de entonces, las restricciones se reducirán ligeramente en casi todo el país excepto en la ciudad de Auckland, que concentra casi todos los casos, y la vecina región de Northland.
Nueva Zelanda persigue una estrategia de eliminación del virus en el país mediante estrictos controles fronterizos y severos confinamientos cuando se detectan contagios locales.
Este viernes se reportaron 70 nuevos casos vinculados a este brote, con lo que la cifra total se elevó a 347, aunque hay señales de contención, según Ardern.