Miles de nicaragüenses exiliados por las presiones del régimen de Daniel Ortega, protestaron en las diferentes ciudades donde se encuentran contra las elecciones llevadas a cabo este pasado domingo 7 de noviembre, las cuales calificaron como «farsa electoral».
Desde junio pasado, el régimen de Ortega modificó las leyes para condenar con cárcel a todo aquel que pensaba o expresaba opiniones y puntos diferentes al oficialismo, donde 40 opositores políticos, 7 de ellos presidenciables, quedaron fuera de la contienda electoral «de facto».
Las elecciones en Nicaragua estuvieron marcadas por el ausentismo en las urnas y el descontento de los nicaragüenses con el accionar del régimen que, al cierre de ayer, llevaba una indiscutible ventaja contra sus «adversarios», partidos políticos afines al pensamiento del oficialismo.