La inmigración irregular es un gran desafío para Estados Unidos, y el presidente Joe Biden ha anunciado medidas más estrictas en la frontera sur para frenar la llegada de solicitantes de asilo. Sin embargo, estos esfuerzos se ven amenazados por países como Nicaragua, cuyo gobierno es liderado por Daniel Ortega, facilita la migración irregular hacia EE.UU.
Una investigación de Confidencial reveló que Nicaragua organiza vuelos chárter para transportar a miles de migrantes de diversos países a Managua, cobrando una tarifa de 150 dólares por persona y permitiéndoles permanecer en el país por hasta 96 horas sin dejar registros oficiales.
El gobierno nicaragüense facilita la logística para que los migrantes se dirijan al norte del país y continúen su viaje hacia Estados Unidos. Estas operaciones han generado al menos 65,9 millones de dólares para el régimen de Ortega, alimentando también actividades ilícitas y de contrabando. Este esquema permite que migrantes sin recursos suficientes puedan intentar cruzar la frontera estadounidense sin la necesidad de tramitar visas, como sí ocurre en Panamá o México.
El subsecretario de Estado para Asuntos del Hemisferio Occidental, Brian Nichols, condenó el uso de la migración como herramienta de política exterior y criticó a Nicaragua por permitir que redes de tráfico exploten a los migrantes vulnerables. En respuesta, Estados Unidos ha impuesto sanciones contra funcionarios nicaragüenses y aerolíneas involucradas en estas prácticas. Entre las aerolíneas sancionadas se encuentran Sky High Aviation Services, Sunrise Airways, Air Century, Servicios Aéreos Panamericanos, Servicio Aéreo de Capurgana y EuroAtlantic Airways.