Un alcalde virtual es aquel que le dicen que es virtualmente imposible que San Salvador destaque como ciudad, pero sus proyectos son alabados y reconocidos en Washington, Londres y Madrid.
Un alcalde virtual es aquel al que le dicen que es virtuamente imposible hacer obras porque no hay dinero, pero demuestra que el dinero alcanza cuando no se roba.
Un alcalde virtual es aquel al que le dicen que es virtualmente imposible sacar a los mercados de la inseguridad y la insalubridad, y hace uno nuevo para demostrar lo contrario.
Un alcalde virtual es aquel que le dicen que es virtualmente imposible reordenar el Centro Histórico sin golpear y desalojar a los vendedores a la fuerza. Aún es un proyecto a medias que será tarea pendiente del próximo alcalde, pero el camino ya está empezado.
Un alcalde virtual es aquel que le dicen que es virtualmente imposible modernizar la ciudad, e ilumina toda la ciudad y no sube los impuestos.
Un alcalde virtual es aquel que le dicen que virtualmente en El Salvador no hay talento y manda a 16 jóvenes a entrenarse a las canteras de LaLiga en España.
Un alcalde virtual es aquel al que le dicen que virtualmente la cultura a nadie le importa. Y hace una temporada de Ballet, apoya una orquesta sinfónica juvenil y abre una biblioteca que pasa llena hasta medianoche.
Un alcalde virtual es aquel que le dicen que virtualmente no tiene bases, seguidores o una maquinaria partidaria, pero es la figura política mejor evaluada de todo el país.
Un alcalde virtual es aquel que le dicen que es virtualmente imposible que llegue a ser Presidente si es independiente, pero es la actual figura que más le preocupa a la cúpula de los dos partidos.
Medardo González y la cúpula del FMLN tienen razón. Nayib Bukele simplemente es una figura “virtual”, virtualmente no hay mucho que discutir en ese tema.