Cientos de miles de mujeres abarrotaron este día las avenidas de la capital de Estados Unidos, Washington D.C para manifestarle al presidente Donald Trump que no comparten su visión “ultraconservadora” y le exigen respeto a las mujeres, las minorías, los inmigrantes y los derechos civiles.
Mujeres y hombres de todas las edades, razas, religiones y orígenes viajaron desde todos puntos de Estados Unidos, pero también desde Canadá, México o hasta Europa para participar en la Marcha por las Mujeres, la principal manifestación contra el nuevo presidente republicano y, en vista de las cifras, posiblemente la más masiva celebrada en torno a la toma de asunción de ningún presidente estadounidense de la historia.
“Presidente Trump, yo no le voté. Dicho esto, respeto que sea el presidente y quiero apoyarlo, pero primero le pido que usted me apoye a mí, apoye a mi hermana, a mi madre, a mi mejor amiga, a toda la gente que espera ansiosa a ver cómo su próxima maniobra puede afectar drásticamente sus vidas”, dijo la actriz y activista Scarlett Johansson, una de las oradoras de la protesta que siguió el mismo camino que el desfile inaugural del viernes, desde el Capitolio hasta la Casa Blanca.
El mensaje fue unánime: una petición de “resistencia” y de firmeza en la defensa de los valores y derechos como el matrimonio igualitario o una mejor sanidad adquiridos en los últimos años y que ahora se sienten amenazados bajo la era Trump, al igual que los inmigrantes, los refugiados, los musulmanes o la comunidad afroamericana.
La Marcha de las Mujeres, que empezó como una iniciativa privada de una mujer que, consternada por la victoria de Trump preguntó en Facebook a varias de sus amigas si se animarían a ir a Washington al día siguiente de la investidura, ha acabado convirtiéndose en un fenómeno nacional y hasta internacional apoyado por estrellas como Cher, Lena Dunham, Katy Perry o Robert DeNiro. Clinton, aunque no participó en su organización, dio su apoyo desde las redes sociales.
A esta manifestación también se han unido mujeres y hombres de diferentes partes del mundo, entre los que destacan las mayores concentraciones en Alemania, Francia, Australia.