El militar salvadoreño, Inocente Orlando Montano, ya no será enjuiciado en España por el delito de lesa humanidad, sino por el de asesinato terrorista, acusado de haber participado en la matanza de cinco sacerdotes jesuitas españoles, un salvadoreño y sus dos colaboradoras domésticas, en medio de la mayor ofensiva guerrillera en 1989.
Según la justicia española sus tribunales solo son competentes para juzgar los delitos de genocidio o lesa humanidad cometidos por españoles o residentes en España, por lo que Montano al no ser ciudadano español ni residir en dicho país no cumple con esa condición.
Según la Audiencia Nacional de España lo que sí es consistente es el delito de terrorismo porque, «al menos de manera indiciaria, se trató de terrorismo de Estado», según publicó la agencia de noticias EFE.
Hay suficiente indicios de que Montano haya participado en actos relacionados con la planificación y ejecución de la masacre, ya que era miembro del Alto Mando Militar.