El Ministerio de Economía (MINEC), por medio de la Dirección General de Estadísticas y Censos (DIGESTYC), en octubre del presente año fijó el costo de la vida para los salvadoreños con una canasta básica ampliada urbana de $393.00 y para el área rural de $278.64.
La diferencia de la canasta básica entre el campo y la ciudad se debe al número de productos que incluyen, los mismos que se reducen en el área rural porque se suprime el pan francés y las verduras, entre otros.
Esta explicación fue dada a conocer este miércoles por el economista César Villalona, del Consejo Nacional del Salario Mínimo (CNSM), en el programa Diálogo con Ernesto López, de canal 21, donde también estuvo Roberto Alejandro Rosales, presidente del CNSM.
Ambos coincidieron que pese al incremento del salario mínimo para enero del 2017, ese monto no cubre el costo de la canasta básica, por lo que subir el salario al costo de la vida «ahí sí tendría problemas la empresa privada».
“La propia Asociación Nacional de la Empresa Privada (ANEP) aceptó en mayo un incremento de salario de 258.00 dólares, para empleados de ingenios azucareros y que tenían un salario de $126.00, pero nosotros los llevamos a $300.00. Nuestro incremento es de 42 dólares para el monto que fijó la ANEP”, detalló el presidente del CNSM Roberto Alejandro Rosales.
“Los ingenios aceptaron el incremento superior al 100 por ciento, eso demuestra que tienen capacidad de pago y de absolver los 300 dólares por sus márgenes de ganancias. Estos trabajadores caen en el rubro de la industria”, aseveró Rosales.
“Es la primera vez que en el campo se otorga un incremento salarial de 224.00 dólares, es un hecho histórico en El Salvador y aún así no se llega al costo de la canasta básica del campo”, explicó el informante.
Al ser cuestionados que la empresa privada no se queja por el incremento de los salarios mínimos, sino, por la forma en que fueron electos los miembros del Consejo Nacional del Salario Mínimo, Rosales detalló que desde el 2009 a la fecha es miembro de ese Consejo y que el proceso es el mismo, pero la diferencia de esta ocasión es que salimos de las irregularidades anteriores y eso fue sorpresa para la ANEP.
«Es muy desastroso ver los libros de actas de la elección y juramentación de los anteriores miembros del Consejo Nacional del Salario Mínimo, al menos en el 2007 las actas no tenían ni firmas, ni nombres de las personas que hacían los escrutinios. Ellos ya estaban confiados en las personas que serían electas. Nosotros cambiamos esa forma y en esta ocasión al ver los resultados adversos comenzaron los ataques sin fundamentos», puntualizó.