El descuido, la imprudencia y la falta de control de los fuegos pirotécnicos le costó a un niño de 11 años su mano derecha, al levantar un mortero del suelo que le fue tirado y no explotó de inmediato. Ahora tiene que empezar de cero para aprender a escribir y hacer otro tipo de acciones con su mano izquierda, esto es parte de la tragedia que conoció este jueves la diputada de San Salvador, Milena Mayorga, al visitar la unidad de niños quemados del Hospital Bloom.
La legisladora impulsó en el mes de diciembre la campaña: “La pólvora no juega con los niños”, con el fin de evitar este tipo de tragedias, que dejó nuevamente en evidencia que no existe un control para erradicar los productos prohibidos, mismos que son comercializados a pesar que existe una normativa vigente que los regula.
“Hay que sensibilizarnos como ciudadanos y clase política para que cada vez, menos estén a favor de la pólvora. Esta solo causa muerte y tragedia. Aún está hospitalizado el segundo niño a quién se le amputó la mano y le tocará enfrentarse así a la vida”, expresó la diputada en su recorrido por el área especial del nosocomio.
Uno de los padres de familia que acompañan a los niños quemados, Oscar Burgos, hizo una petición a la parlamentaria. “Solicito que estos productos sean regulados, es necesario evitar su uso». Su hijo tiene lesiones en sus dos muslos por culpa de otro niño y la no supervisión de los padres de este. Ellos piden que legislemos para eliminar la pólvora y hacer un levantamiento de firmas para respaldar la solicitud”, detalló.
La diputada por el departamento de San Salvador fue testigo de las secuelas físicas y psicológicas que deja la pólvora en los niños, niñas y adolescentes en el hospital de niños de El salvador y también los casos de menores de edad quemados por líquido.