La comunidad inmigrante de Estados Unidos no ha callado frente a las amenazas de deportación que el presidente Donald Trump ha anunciado desde comienzos de su campaña presidencial.
El jueves, lo largo de Estados Unidos, miles de inmigrantes cerraron sus negocios, se negaron a ir a trabajar y no enviaron a sus hijos a la escuela, en participación de la protesta un “Día sin Inmigrantes”.
En Washington DC, cientos de inmigrantes marcharon desde el vecindario Mount Pleasant hacia la Casa Blanca. Entre ellos iba una inmigrante de origen salvadoreño, Irma Andino, quien es empleada del banco Capital One.
“Espero que la protesta sirva para abrirle los ojos al Congreso, porque si fueran separados de sus familias, no les gustaría. Y si tuviera que volver a mi país ahora, ni siquiera sabría a dónde ir o qué hacer. No lo sé. Pertenezco a este lugar. Soy parte de este lugar. Crecí aquí. Por eso creo que es importante expresar nuestro apoyo e intentar abrir sus ojos para que vean que no somos delincuentes y que todos somos iguales.Ante los ojos de Dios, todos somos iguales”, declaró Irma a medios internacionales.
En las últimas semanas se ha registrado la detención de más de 680 inmigrantes en Estados Unidos, según el secretario de Seguridad Nacional de EE.UU., John Kelly, «aproximadamente el 75 por ciento» de los 680 eran «inmigrantes criminales».
Sin embargo, grupos que defienden a los inmigrantes han comunicado que en las redadas se han detenido a inmigrantes que no tienen cargos legales en su contra.