Los gobierno de Estados Unidos y México acordaron extender el cierre de su frontera terrestre a todos los viajes que no sean esenciales con la vigencia de un mes.
Esta medida fue motivada por el crecimiento del COVID-19 en el territorio estadounidense y mexicano, que ha dejado ya cientos de miles de víctimas y millones de contagios en total.
Las medidas continuarán vigentes hasta el 21 de julio a la espera de que disminuya el esparcimiento de la pandemia en el territorio norteamericano y poder reabrir finalmente las actividades de cualquier modo.