Hace 12 años la República de China (Taiwán) hizo un donativo a El Salvador por 10 millones de dólares. El dinero, entregado por el país asiático, debía destinarse a atender a las víctimas de los terremotos del 13 de enero y 13 de febrero de 2001, sin embargo, la Fiscalía General de la República (FGR) confirmó que dichos fondo se redirigieron a cuentas privadas del COENA y del entonces presidente Francisco Flores, quien fue acusado de peculado y malversación de fondos.
No obstante, la investigación se encuentra congelada después del fallecimiento del exmandatario Flores el 30 de enero de 2016, a causa de complicaciones cerebrovasculares. Flores llegó a Presidencia de la República arropado por la bandera de ARENA, donde se desempeñó desde 1999 hasta 2004.
El expresidente del partido ARENA, Jorge Velado, aceptó el pasado 01 de febrero del 2016, que el dinero proveniente de Taiwán, y por el cual se procesó a Flores, llegó a las arcas de su partido, aunque se desligó del manejo que se le dio, alegando que durante el 2003 él no estaba a cargo de la presidencia del instituto político.
«Nosotros nunca hemos dicho que el dinero nunca llegó al partido, esos $10 millones entraron a las cuentas de ARENA», manifestó Velado, quien agregó que no puede decir «si las personas que recibieron el dinero tenían conocimiento sobre su origen».
El recuerdo de una historia amarga
El Sábado 13 de enero de 2001 a las 11:34 a.m., nadie imaginaba lo que ocurriría aquella mañana, El Salvador se preparaba para una de sus tragedias históricas más grandes, el terremoto del 2001. Un fuerte movimiento telúrico de más de 45 segundos silenció la capital a pocos minutos del medio día, las familias salvadoreñas fueron aprisionadas por el pánico de un sismo de 7.7 grados en la escala de Ritcher. La infraestructura de El Salvador no estaba preparada.
La noticia era peor de lo que los salvadoreñas imaginaban, el sismo afectó gravemente varios departamentos de la República, trayendo consigo destrucción y pérdidas humanas, siendo el principal símbolo de estas últimas, el alud de tierra que acabó con la vida de cientos de salvadoreños en la colonia «Las Colinas», ubicada en bajo la cordillera del Bálsamo en Santa Tecla, La Libertad.
El deslizamiento, de más de 150 metros cúbicos de tierra, cobraron un aproximado de 944 fallecidos. En lo económico, El Salvador sufrió pérdidas estimadas de 1255,4 millones de dólares, producto de pérdidas en exportaciones, daños materiales y daños ambientales. De igual manera, ambos sismos generaron graves pérdidas culturales, debido a la destrucción total o parcial de monumentos nacionales de gran valor para la historia nacional.