Maduro rechaza repatriar a venezolanos deportados por no querer liberar a sus presos políticos

Por Redacción UH

El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, rechazó un acuerdo humanitario propuesto por el Gobierno de El Salvador que buscaba repatriar a 252 ciudadanos venezolanos deportados desde territorio salvadoreño. La condición planteada por el presidente Nayib Bukele era clara: liberar a un número equivalente de presos políticos actualmente encarcelados por el régimen chavista.

A pesar de haber declarado en múltiples ocasiones su deseo de que los venezolanos en el extranjero regresen al país “libres y en paz”, Maduro optó por mantener su política de represión. Con esta decisión, niega la posibilidad de retorno a sus connacionales detenidos por vínculos con estructuras criminales como el Tren de Aragua, priorizando la permanencia en prisión de opositores políticos.

Entre los nombres solicitados por el Gobierno salvadoreño figuran:

Rafael Tudares, yerno del candidato presidencial Edmundo González, detenido sin acusaciones claras.
Roland Carreño, periodista encarcelado desde 2020 por presuntos delitos relacionados con terrorismo, ampliamente reconocido como preso de conciencia.
Rocío San Miguel, abogada y defensora de derechos humanos, arrestada arbitrariamente por denunciar el poder militar venezolano.
Corina Parisca de Machado, madre de la líder opositora María Corina Machado, quien sufre constantes actos de hostigamiento, incluyendo cortes de servicios básicos como luz y agua.

Además, el Gobierno de El Salvador pidió por la liberación de cuatro dirigentes políticos asilados en la embajada de Argentina en Caracas y casi 50 ciudadanos de diversas nacionalidades —entre ellos estadounidenses, alemanes, argentinos, colombianos, israelíes y mexicanos—, considerados presos políticos por organizaciones internacionales.

Con esta negativa, el régimen de Maduro evidencia que su narrativa sobre el retorno de migrantes se contradice con los hechos. Al anteponer la represión sobre la reconciliación, su gobierno confirma su resistencia a respetar los derechos humanos y la libertad política