El plazo para que Luiz Inácio Lula da Silva se entregue a la policía para ser llevado a la cárcel en Curitiba se agotó este viernes, a las 5:00 de la tarde (hora local y 3:00 de la tarde, hora de México) sin que el expresidente dé señales de salir de la región de Sao Paulo, donde permanece rodeado por sus seguidores.
Sin embargo, fuentes cercanas a Lula da Silva afirman que el expresidente brasileño esperará al último minuto a obedecer la histórica orden judicial que le exige ingresar en prisión.
Al exmandatario se le espera en los juzgados de Curitiba (Paraná) para comenzar los 12 años de su condena por corrupción; él, sin embargo, se encuentra en São Paulo, en la sede de su antiguo Sindicato Metalúrgico, arropado por sus seguidores y amigos, y preparando un discurso de despedida.
La celda en que será recluido el expresidente Luiz Inacio Lula Da Silva tiene 15 metros cuadrados, una cama, una mesa y un baño privado, según ha publicado el diario brasileño O Globo.
El recinto, que ha sido preparado en el cuarto nivel del edificio de la Policía Federal de Coritiba, no tiene barrotes, porque era utilizada como sala de descanso de agentes que llegaban de delegaciones de otras ciudades.
La seguridad del expresidente brasileño estará a cargo de agentes de agentes penitenciarios que día y noche estarán vigilando la puerta del recinto carcelario.