El expresidente de Brasil Luiz Inácio Lula da Silva será juzgado por presunta corrupción, después de que un juez federal haya aceptado este martes la denuncia presentada por la Fiscalía en relación a la supuesta aceptación de 3,7 millones de reales (1 millón de euros) en sobornos.
Los investigadores sospechan que Lula aceptó un tríplex de lujo en Sao Paulo como pago de una de las empresas constructoras que se beneficiaron de la trama en la petrolera estatal Petrobras, que consistía en cobrar comisiones a cambio de contratos públicos.
La acusación de la Fiscalía, conocida la semana pasada, recoge unos presuntos delitos de corrupción pasiva y blanqueo de capitales relativos. El juez Sergio Moro ha entendido que existen suficientes indicios para juzgar al expresidente, según el periódico ‘O Globo’.
Lula, sin embargo, ha negado cualquier delito. «Prueben una corrupción mía y me iré a pie para ser encarcelado», proclamó la semana pasada desde Sao Paulo, en un emotivo discurso en el que lloró hasta tres veces.