Un cuarto de siglo ha pasado desde que se firmaron los Acuerdos de Paz en el Castillo de Chapultepec, México, acto que puso punto y final a 12 años de guerra en El Salvador. No obstante, el país se cuestiona si la paz es un hecho presente en la actualidad o una leyenda urbana que surgió tras el conflicto armado.
El analista político Félix Ulloa habló en exclusiva con Última Hora SV, tras la reciente conmemoración de los 25 años de la firma de los Acuerdos de Paz, donde el Presidente de la República, Salvador Sánchez Cerén, anunció un nuevo proceso de diálogo para lograr acuerdos de país, con la ayuda de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Ulloa señaló que: “tener de nuevo a Naciones Unidas es una expectativa de que el diálogo hacia una nueva agenda puede ser elaborado, puede ser producido y puede ser seguido por las partes”.
La ONU ha nombrado al mexicano Benito Andión para trabajar en la construcción de este nuevo acuerdo de nación, quien fungió como coordinador del apoyo en su país al proceso de paz en El Salvador en 1992.
“La persona que ha sido nominada es alguien que conoce bien el proceso salvadoreño, estuvo acá después de los Acuerdos de Paz, tanto en la embajada de México cuando estaba el embajador López Bassols, ya estaba Benito Andión y después entró el sistema de Naciones Unidas y es un diplomático con mucha experiencia que conoce el país, eso le da credenciales importantes para hacer una labor de facilitación exitosa”, indicó Ulloa al respecto.
El analista político recalcó la importancia que el país llegue a tres acuerdos para alcanzar plenamente la paz. El primero alusivo a la seguridad ciudadana, puesto que la guerra entre las pandillas y el Estado han convertido hoy en día a El Salvador en uno de los países más violentos del mundo. Y pese a que el gobierno ha dicho que no está dispuesto a negociar con grupos delincuenciales, Ulloa aclaró que es necesario llegar hasta eso.
“Nos decían en la guerra que no se podía negociar con terroristas, con extremistas, los sectores que no querían apoyar el diálogo, y, al final hubo que sentarse y hacer las reformas constitucionales que le dieron lugar al fin de la guerra”, explicó. “No quiero decir con esto que haya que sentarse mañana con las pandillas que han pedido el diálogo y la negociación, sin embargo, hay una pequeña ventana o una lucecita al final del túnel que la Iglesia Católica ha alumbrado cuando dice que ellos estarían dispuestos a mediar en un diálogo con las pandillas”, agregó.
Ahora bien, el analista advirtió que la posición de la ONU, respecto a una negociación con las pandillas ser clave para el proceso. “No sabemos si en este momento Naciones Unidas va a tener una aproximación similar al tema o al problema, pero en todo caso este es uno de los temas de la agenda que no puede quedar fuera”, develó.
Según el abogado, este acuerdo con los grupos al margen de la ley debe tener la participación de la Iglesia para buscar “un mecanismo para desarmarlos”.
De acuerdo con Ulloa, el otro acuerdo de nación urgente es el relativo a lo económico y social, con una reforma fiscal, un sistema de pensiones efectivo, los salarios y un control en la rama de evasión de impuestos; que debe ser mediado por las fuerzas económicas del territorio.
“Lo segundo es el aspecto económico social que tiene ver con reforma fiscal, deuda provisional, y, eso es con los sectores económicos productivos que son el sector privado”, comentó.
Finalmente, el analista explicó que el tercer acuerdo que debe alcanzar El Salvador es el relativo a una reforma política.
“Este país necesita ya un ajuste a nivel de modernización del Estado, algo que venga a ocupar algunos de los vacíos que quedaron en la reforma institucional de 1991, cuando se aprobaron las grandes reformas a la Constitución, y, en ese sentido, nosotros hemos venido planteando desde IEJES (Instituto de Estudios Jurídicos de El Salvador), la necesidad de una reforma integral a la constitución o de una nueva Constitución”, mencionó.
Según el analista, el nuevo diálogo tendría que incluir una nueva reforma política donde se vislumbre una modernización y reestructuración del Estado con las diversas fuerzas políticas vigentes. Dicha reforma debe tratar temas como la representatividad en la Asamblea Legislativa, la preparación de figuras políticas, una reforma electoral, entre otros. De esta forma se abrirá un nuevo camino para alcanzar la paz.