«Pussyhat» es como le llaman en Estados Unidos a los gorros rosa que, desde las protestas tras la toma de posesión de Donald Trump como gobernante estadounidense, han ganado notoriedad.
Un grupo muy numeroso de mujeres activistas convirtieron este accesorio en el símbolo de las manifestaciones femeninas contra el nuevo presidente de EE.UU..
La mayor de estas movilizaciones se vivió este sábado en Washington D.C., donde cientos de miles de mujeres dejaron en claro su repudio al nuevo presidente de Estados Unidos.
Buena parte de ellas llevaban gorros color rosa, los ahora llamados «pussyhat».
Tanto así que, desde este 21 de enero podemos decir que estos accesorios ya no sirven sólo para combatir el frío del invierno estadounidense. Ahora son el símbolo de un movimiento.
El nombre «pussyhat» hace referencia a los controvertidos comentarios de Donald Trump en el 2005, cuando dijo «puedes hacer cualquier cosa a las mujeres», incluso «agarrarlas de la vagina».
Trump usó el término popular «pussy», que en inglés refiere al órgano reproductor femenino.
Así fue como nació el proyecto «Pussyhat», que desde noviembre se preparó con el objetivo de que cada mujer en la protesta de este sábado tenga su gorro rosa.
El movimiento adquirió tal fuerza que miles de sombreros fueron donados, desde lugares tan lejanos como Reino Unido, Austria o Japón.
Además, miles de mujeres decidieron aprender a tejer sólo para participar del movimiento.
Semanas antes de la posesión de Trump, redes sociales como Instagram y Twitter se inundaron con decenas de miles de publicaciones con la etiqueta #pussyhatproject.
La estrella punk Patti Smith, la comediante Amy Schumer y la actriz Krysten Ritter fueron vistas con sus gorros, además los anfitriones del popular programa de televisión estadounidense The View cerraron el show del miércoles llevándolos.
Diana Kane, una feminista y propietaria de una tienda de ropa en Nueva York,los vende para financiar el movimiento.
«Creo que las mujeres han sido capaces de canalizar su frustración y rabia hacia algo comunitario, creativo y productivo», afirmó Kane.