El FMLN que va de salida de Casa Presidencial pasará a la historia como el partido de izquierda que estando en el gobierno pactó con ARENA una reforma de pensiones que solo benefició a las AFP y las finanzas públicas en detrimento del bienestar de los trabajadores, cuyos dirigentes tanto afirmaron defender.
El golpe al salario de los trabajadores formales que cotizan a las AFP fue de un 1 % adicional al 6.25 % que el patrono le descontaba cada mes, por lo que con la reforma ahora se le descuenta el 7.25 %, según la reforma aprobada el 28 de septiembre de 2017.
La modificación a la Ley de Pensiones también creó la Cuenta de Garantía Solidaria, que es un fondo constituido con el 5 % de las aportaciones de trabajadores y empleadores, que será destinado a los empleados tras su jubilación.
También se impuso una cotización especial de entre 3 y 10 por ciento del salario de los optados, es decir quienes cotizaban con el ISSS o el IMPEP antes de que entrara en vigencia la Ley de Pensiones y que se pasaron a las AFP.
Según la ley, si un pensionado recibe una pensión de hasta $622.80 (el equivalente de hasta tres pensiones mínimas) deberá aportar un 3%. Si su pensión es de entre $622.80 y $1,245.60, su aporte a la CGS será de 5%.
Para aquellos pensionados que reciban el equivalente a más de 6 y hasta 8 pensiones mínimas, es decir entre $1,245.60 y $1,660.80, su contribución especial será de 7 % y los que tengan una pensión superior a ese monto, la tasa de cotización será del 10 %.
Si bien a las AFP se les redujo del 2.2 al 1.9 por ciento la comisión que cobran por administrar los fondos de pensiones de los trabajadores, es un porcentaje que por año les deja exorbitantes ganancias.
La ganancia para el gobierno del FMLN fue estabilizar las deterioradas finanzas públicas, ya que lograron solventar su compromiso de pagar certificados $91 millones de deuda previsional que vencía el 4 de octubre de 2017.