Diversos países de América Latina atraviesan una severa crisis energética, con apagones prolongados y sequías que han afectado el suministro eléctrico.
En Ecuador, las sequías han obligado a programar apagones de hasta diez horas diarias, mientras que Cuba enfrenta cortes de electricidad de hasta 20 horas diarias debido a la obsolescencia de su infraestructura.
El panorama no mejora en Brasil, donde la peor sequía en 74 años ha reducido drásticamente la capacidad de las hidroeléctricas, obligando al gobierno a activar plantas térmicas para suplir la demanda. Asimismo, México ha experimentado importantes apagones debido a la dependencia del gas importado de Estados Unidos.
En Argentina, el gobierno de Javier Milei ha lanzado el «Plan Verano 2024-2025» con el objetivo de evitar apagones en medio de una crisis energética, resultado de dos décadas de falta de inversión y mantenimiento en el sistema eléctrico, mientras tanto, en Bolivia, el país ha dejado de exportar gas a Argentina desde septiembre debido a la caída de sus reservas.
En Venezuela, las fallas eléctricas son una realidad cotidiana, sobre todo fuera de Caracas, donde las instalaciones están bajo estricta vigilancia militar, a pesar de ello, los cortes persisten. En Colombia, la situación es delicada debido a que los embalses se encuentran 16 puntos por debajo de la media histórica, lo que ha obligado al gobierno a activar la generación térmica y adoptar medidas para evitar una crisis mayor en su sistema eléctrico.
En Perú, los apagones afectan principalmente a las zonas rurales, donde las comunidades andinas y amazónicas enfrentan dificultades para acceder a servicios básicos, por otra parte, en Honduras, los altos costos energéticos y la infraestructura deficiente provocan cortes intermitentes, especialmente en las áreas más vulnerables.
En Uruguay, a pesar de contar con una matriz energética renovable, el país enfrenta altos costos de importación de electricidad desde Brasil durante épocas de sequía, asimismo, Puerto Rico continúa sufriendo apagones frecuentes debido a una red envejecida, afectada por los huracanes.