El FMLN es igual o peor que ARENA. Después de más de 3 años del gobierno de Sánchez Cerén, muy pocos lo pueden negar. Un ejemplo puntual y reciente es el fracaso del Plan Vulcano, cuyos primeros logros son el decomiso de 3 dólares de marihuana, más de un centenar de asesinatos el fin de semana, incluyendo a media docena de agentes policiales y una población cada vez más convencida de lo ineptitud de las actuales autoridades.
Pero el principal fracaso del FMLN no es que las maras nos hayan puesto de rodillas, ni que sigamos igual de pobres como hace ocho años, ni que el principal producto de exportación sigan siendo nuestros jóvenes que salen de mojados por la frontera, convencidos de que acá no hay futuro. No, el principal problema del FMLN es que con los años se ha transformado en una imitación barata, china, mal fotocopiada de ARENA.
Los paralelismos dan miedo. El FMLN siempre satanizó al COENA, un grupo de poderosos que tomaban la decisión a dedazo limpio. Pero justo en eso se transformó la Comisión Política del Frente. Unos dinosaurios aferrados al poder político, económico, que quieren dirigir todo a su antojo.
El FMLN prometió combatir la corrupción y no estuvo tranquilo hasta que convirtió a Francisco Flores en el rostro visible del robo, de la vida fácil y lujosa a costa del pueblo. Pero hasta la fecha jamás ha condenado a Mauricio Funes, su primer presidente y copia calcada del estilo de vida de Flores. Uno muerto y el otro asilado en medio de sendos procesos judiciales.
El FMLN ha criticado que Ernesto Muyshondt y Salvador Ruano se sentaron a negociar votos con los pandilleros. Pero se han callado que Munguía Payés propiciara una “tregua” con esos grupos criminales y que Benito Lara y Arístide Valencia también haya negociado con ellos. Al final, los dos se han sentado a negociar con el diablo.
ARENA llenó los ministerios de parientes y lo sigue haciendo, sino sólo miren el caso de Antiguo Cuscatlán. Pero el FMLN se convirtió en una agencia de empleos para toda la parentela de la comandancia también.
En resumen, el FMLN no sólo no cambió el sistema, sino que logró lo que toda su vida militar pasó tratando de evitar: Perpetuar la corrupción, la ineficiencia, el despilfarro, la cleptocracia y el abandono de las politicas sociales.