En El Salvador existen dos poderes, uno real y otro formal. El poder real, es ostentado por grupos del gran capital quienes se encuentran en una seria disputa, “por la hegemonía del poder de dominación”.
En ese sentido, el liderazgo de “El Joven Nayib”; pese a ser parte de esos grupos, hace la diferencia, por tener ideas buenas para el país, pragmáticas en el que hacer político, desmarcado de la corrupción y de la impunidad, obedeciendo al principio de “que el dinero alcanza cuando nadie se lo roba”. Con valores culturales que lo convierten en un liderazgo de vocación, intermediación y capacidad para realizar pactos y acuerdos de mucho beneficio para el país. El poder formal es aquel que administra los bienes del estado y es ahí, donde el FMLN cuenta con una acumulación del 50 % en el ejecutivo; El 37% (31 diputados) en la Asamblea Legislativa, con 31 diputados, que le sirven para negociar acuerdos, que requieren del voto calificado. Tiene también, el 33% de los poderes locales, que significan 86 de 262 alcaldías. Con esta correlación política se ha visto obligado a realizar alianzas tácticas, con partidos políticos tales como: GANA, PCN y PDC.
El calendario electoral nos alerta que el 2018, son las elecciones de alcaldes y diputados, un termómetro para medir votos a favor o en contra de cada uno de los partidos políticos. Al retomar los resultados de las elecciones del 2015 y compararlas con el 2018, se puede determinar la tendencia estimada de los votos en la próximas siguientes presidenciales del 2019 y desde ahí poder estimar esfuerzos a realizar. Es importante en esta oportunidad para garantizar la continuidad en la presidencia de la República del FMLN, es urgente lograr integrar una fórmula presidencial que genere continuidad para ganar las elecciones presidenciales en el 2019, acumular en el 2021 y llegar a las elecciones presidenciales en el 2024. A esta estrategia electoral, hay que integrar lo que haga el liderazgo de “El Joven Nayib” en la alcaldía de San Salvador y Sánchez Cerén en la presidencia, acompañados de un proceso de dialogo negociación electoral, no solo al interior del FMLN, sino también con otros sectores o alianzas interesados en apoyar esta estrategia. Y lo que haga la formula en el periodo 2019-2024.
Altos miembros del FMLN, han emitido opinión, mencionado nombres de las personas aptas para correr por la presidencia de la república, entre ellos surge el nombre del liderazgo de “EL Joven Nayib”, sin dar opinión sobre el posible candidato a la vicepresidencia. Estas posiciones generan contradicciones internas, en las dos fuerzas políticas que se mueven dentro del FMLN, la cual es una vieja disputa por la hegemonía de la dirección política, de las finanzas y del control del aparato del partido. En esa lógica política electoral, sería más que bueno, integrar, que el candidato a la vicepresidencia que acompañe a “El Joven Nayib”, tiene que ser un liderazgo para que pueda correr por la presidencia en el 2024. Planteada así la estrategia, es ineludible la victoria electoral en el 2024.
En ese sentido la fórmula presidencial ganadora del FMLN en el 2019, indiscutiblemente es: “EL JOVEN NAYIB” como presidente y GERSON MARTINEZ como vice-presidente. Tomando en cuenta los elementos esenciales que permitan realizar una dirección de gobierno libre de corrupción, aunque NO SOLO BASTA, la correlación de fuerzas de grupos y los intereses individuales al interior del partido, si no que es prioritario una acumulación política, ganar simpatía con el pueblo y haciendo un buen gobierno, que es una antesala del contexto político. Porque eso se convierte en votos a favor de un posible candidato. Es obvio tomar en cuenta la opinión emitida en las encuestas de opinión y el voto emitido por las bases del partido. Todos los salvadoreños saben que “El Joven Nayib»
Por Mario Cabrera