El abogado y analista político, Julio Valdivieso, reaccionó a los últimos señalamientos en el caso del motorista de Casa Presidencial (CAPRES), que arrolló a un empleado de la Corte Suprema de Justicia (CSJ) en el bulevar del Ejército, y manifestó que existieron procedimientos que no son los que suceden en un accidente de tránsito común, por lo que consiera que “hubo vivezas de ratón”.
Ayer por la tarde, la Fiscalía General de la República (FGR) desmentía al portavoz gubernamental, Eugenio Chicas, y revelaba que la víctima no era un “indigente”, como lo había catalogado el funcionario, sino que era un abogado notificador del Órgano Judicial, a quien, según su familia, le habría sustraídos sus documentos para aparentar que era un desconocido vagabundo.
Para el experto, en primer lugar debe analizarse el adjetivo que otorga al fallecido, el secretario de Comunicaciones de la Presidencia, que “erróneamente intenta descalificar el hecho”.
“Tanto derecho tiene un ingente que por desgracias de la vida, esa es su condición, como lo tiene una persona que vive en la mejor mansión de este país, (…) la Constitución reconoce el principio de igual para uso y gozo de los derechos y referirse en términos de indigencia como que no tiene derecho”, condenó el jurista.
Valdivieso, no obstante, reconoció el hecho que Chicas se haya disculpado por su equivocación, “me agrada que el señor secretario de Comunicaciones haya rectificado porque el hecho de ser un indigente no significa que no estaban obligados a investigar o no estaban obligados a aplicarle la ley a una persona que hubiese cometido esa situación”, añadió.
Por otro lado, el especialista asegura que el delito es por “naturaleza evidentemente culposo” y no existe intención de cometer el accidente, sin embargo, “son vivezas de ratón” porque no hay razón lógica, desde el punto de vista penal, para manipular las pruebas.
“Si iba manejando tiene que entender que el conductor responde por las acciones que como conductor lo haga, por lo tanto debió haber esperado la inspección y hubiera tratado de auxiliar a la víctima, y con eso operaba a favor de él (motorista de CAPRES) que no lo podían detener”, planteó.
No obstante, de acuerdo a Valdivieso, los indicios son diferentes, y cuando existe un comportamiento distinto y se huye de la escena del accidente, el estatus del percance cambia y da la sensación que el conductor tuvo otras intenciones.
“Pero cuando tú huis del lugar, cuando tratas de manipular la escena, da a entender que hay otras intenciones que no son las que originalmente en un accidente de tránsito deben ser valoradas”, señaló el abogado.