Un artículo del Hilary Goodfriend de la revista Jacobin resalta el resquiebre que tiene el FMLN después de las pasadas elecciones del 4 de marzo que tuvo como resultados negativos para la exguerrilla salvadoreña la disminución de diputados y la perdida de alcaldías importantes por ser consideradas bastiones del partido rojo.
Según este texto el FMLN entrará a una campaña electoral presidencial en el 2019, “con una base descontenta y una oposición fortalecida a medida que las élites derechistas recuperen el poder en toda la región. En este contexto, los principales logros alcanzados bajo el FMLN se verán en peligro y partes de su programa aún no realizadas, como la despenalización parcial del aborto, se retrasarán por años”.
De acuerdo a Goodfriend, hay un descontento real de los votantes hacia los partidos políticos y el surgimiento de nuevas tendencias ideológicas se están posicionando en el ámbito político-electoral.
“Las elecciones revelaron un creciente cinismo y descontento con la política partidista, canalizada con mayor éxito por el ex alcalde de San Salvador y el aspirante presidencial independiente Nayib Bukele. La marca post ideológica de Bukele se presenta como una alternativa innovadora a las obsoletas divisiones de derecha e izquierda”.
Dentro de este artículo, se establece que el FMLN está perdiendo fuerza dentro de las bases del partido, lo que podría significar que algunos de sus miembros se sumaran al Movimiento de Nuevas Ideas que es liderado por Nayib Bukele.
“A medida que el liderazgo del FMLN reconoce sus deficiencias, algunos dentro del partido diluirían su radicalismo histórico y seguirían a Bukele hacia la derecha. Lo que está en juego en la respuesta del FMLN a la crisis actual, tanto dentro de las estructuras del partido como en el gobierno, no es solo el poder electoral, sino el legado y el futuro del proyecto revolucionario del FMLN”.