La inflación en Estados Unidos se ubicó en un máximo en 39 años impulsada principalmente por los precios de la energía, un problema para el presidente Joe Biden que lucha por la aprobación de un paquete millonario de ayudas sociales y ambientales.
El incremento de precios a 12 meses con cierre a noviembre se aceleró 6.8%, luego de marcar 6.3% en octubre, según el Índice de Precios al Consumidor (CPI, por su sigla en inglés) publicado el viernes por el Departamento de Trabajo.
Se trata del mayor nivel alcanzado desde 1982, y los estadounidenses siguen pagando todo más caro, desde los alimentos hasta la ropa, pasando por los autos, la gasolina, los productos electrónicos o los pasajes de avión.
El mandatario había anunciado el mes pasado que su prioridad principal sería invertir la tendencia inflacionaria.
Esta semana, el Comité Federal de Mercado Abierto de la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) tendrá reunión de política monetaria y analistas prevén que anuncie medidas más agresivas para contener el aumento de precios.
Después de sostener que el aumento de precios era “temporal” y en buena medida ocasionado por la reactivación económica tras la pandemia, Jerome Powell, presidente del organismo, reconoció ante legisladores que la inflación parecía ser un fenómeno de mayor duración a la que habían anticipado.
Desde noviembre, la Fed inició el retiro paulatino de los estímulos implementados para apuntalar la economía tras la pandemia del Covid-19.