Los devastadores incendios que azotan el norte de California han dejado ya 35; este fin de semana se esperan altas temperaturas y fuentes vientos con ráfagas de hasta 90 kilómetros por hora, según los meteorólogos.
Más de 90.000 personas tuvieron que abandonar sus casas, acudiendo algunas a refugios provisionales, y casi 30.000 están sin electricidad. Hasta el momento las llamas provocaron la muerte de más personas y destruyeron más casas que el incendio de 1991 en las colinas de Oakland, cuando fallecieron 25 personas y se perdieron 2.800 casas.
El departamento de bomberos de California, Cal Fire, sostuvo que esta es la peor temporada de fuegos desde que se tienen registros. Algunos de los fuegos han podido apagarse tras una intervención a gran escala de miles de bomberos, que tuvieron que retirar vegetación seca y material fácilmente combustible para no alimentar las llamas.