En menos de tres días, una institución más que pertenece a la Secretaría de Cultura de la Presidencia (SECULTURA) vuelve a estar frente a un escándalo. Esta vez, el Museo Nacional de Antropología Dr. David J. Guzmán (MUNA) regresa a ser parte del tema del mal servicio de la empresa de seguridad privada SEGUSAL, S.A. de C.V.
Hoy, no fueron otras nueve piezas arqueológicas las que desaparecieron del recinto, sino las pertenencias de al menos dos médicos veterinarios, a quienes les sustrajeron de sus vehículos dinero en efectivo, ropa, entre otras cosas.
En el auditórium del MUNA se desarrolló, ayer lunes, un curso internacional sobre el manejo y clínica de especies de fauna silvestres –impartido por el veterinario del canal de televisión Animal Planet, Rodrigo Teixeira.
Varios especialistas y estudiantes de la medicina veterinaria, provenientes de diversos países como México, Guatemala, Honduras, Colombia, entre otros, se concentraron en el museo para recibir la cátedra.
Lo “increíble”, como lo califica Iván N., uno de los afectados, es que el percance ocurrió a eso de las 11:00 de la mañana. A plena luz del día y en un estacionamiento pequeño, mismo que es custodiado por tres agentes de seguridad de SEGUSAL.
“Mi vehículo estaba parqueado frente a las gradas de la entrada del museo. Había dejado una billetera con $60. No iba a necesitar dinero y confié en que estábamos en un sitio seguro a mi parecer”, dijo indignado el veterinario, quien explicó que la chapa de su carro fue forzada.
“Me robaron 60 dólares y hoy resulta que arreglar la chapa me va a costar más de lo que me quitaron”, agregó.
Su caso registrado por agentes de la Policía Nacional Civil (PNC) no fue el único. Hubo otra víctima. Esta vez fue una mujer. Como a Iván, a ella también le forzaron la chapa de su automóvil. Al conseguir abrirlo, le sustrajeron una mochila que contenía toda su ropa y zapatos con lo que vestiría en estos días. Ella es originaria de Ilobasco, Cabañas, por lo que había decidido traer lo necesario para no viajar los 55 kilómetros que le toma recorrer de San Salvador hasta su tierra natal.
Ninguno de los tres agentes de seguridad de SEGUSAL se hicieron responsables, pese a que son ellos los que vigilan el parqueo del MUNA para evitar este tipo de casos.
“No es posible que ninguno se haya dado cuenta de que alguien andaba merodeando el parqueo y que no le hayan preguntado qué era lo que andaba haciendo si en todo caso estaban curioseando los vehículos”, comentó el médico.
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A través de un comunicado brindado por el MUNA, el pasado 23 de diciembre de 2016 dieron a conocer que hurtaron nueve piezas, entre ellas están cuatro figurillas antropomorfas de material cerámico (prehispánicas); un cuenco cerámico polícromo, tetrápode (prehispánico); y un estribo de metal (colonial), cada una inventariada en el Registro de Bienes Culturales Muebles.
Las piezas arqueológicas estaban resguardadas en la Sala Introductoria del museo, misma que permanecía cerrada al público debido a un proyecto de renovación que arrancaría este 2017. Posteriormente, se informó sobre el hurto de tres piezas más de la Sala 4 de Entierros Prehispánicos.
La empresa a cargo del cuido -SEGUSAL, S.A. de C.V.- ganó la licitación del 1 de enero al 31 de diciembre de 2016 con un presupuesto de 721 140 dólares para resguardar el patrimonio cultural administrado por SECULTURA.
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