Hoy se conmemora el 29 aniversario del asesinato de los sacerdotes jesuitas, ejecutados por miembros del ejército salvadoreño, en el marco de la ofensiva guerrillera “Hasta el tope”, lanzada la noche del sábado 11 de noviembre de 1989, para presionar al gobierno del entonces presidente Alfredo Cristiani a iniciar un diálogo para acordar una solución negociada al conflicto armado.
El múltiple crimen que acabó con la vida del rector de la Universidad Centroamericana (UCA), Ignacio Ellacuría y cinco sacerdotes jesuitas más y su colaborada doméstica y su hija, comenzó a fraguarse, el domingo 12 de noviembre, cuando el gobierno, además del estado de sitio y toque de queda, impuso una cadena nacional de radio y televisión por medio de la cual se comenzó a lanzar amenazas a Ellacuría y otros sacerdotes de esa orden, a quienes acusaban de ser cabecillas de los guerrilleros.
Un comando del Batallón Atlacatl dirigido por altos jefes de la Escuela Militar llegaron a altas horas de aquél domingo con la orden del Estado Mayor para catear las instalaciones de la UCA y ejecutar al padre Ellacuría, que era el principal sospechoso de colabarar con la guerrilla.
Los jesuitas masacrados fueron Ignacio Ellacuría, Juan Ramón Moreno, Segundo Montes, Ignacio Martín Baró, Amando López y Joaquín López, así como su colaboradora doméstica Elba Ramos y su hija Celina Ramos.
El padre José María Tojeira considera necesario conocer la verdad sobre quiénes tuvieron conocimiento y dieron la orden de las ejecuciones: “Creemos que no solamente hubo una autoría material que ya fue juzgada, sino que también una autoría intelectual que quedó encubierta durante todos estos años. Creemos que ha llegado el tiempo de investigarse a fondo la autoría intelectual del caso Jesuitas”.