Según datos del Departamento de Salud y Servicios Humanos, Alabama, Georgia, Texas, Florida y Arkansas les queda menos del 10% de su capacidad de camas en las UCI.
A medida que aumentan los casos de COVID-19 en Estados Unidos, sobre todo entre los estadounidenses no vacunados, los hospitales se ven obligados a tratar al máximo la afluencia de pacientes.
Los hospitales de todo el país se han visto obligados a hacer frente a la reanudación de los casos, pero el sur, donde la vacunación se ha retrasado, se ha visto especialmente afectado. Muchos hospitales han informado de la escasez de oxígeno.