El gobierno de Honduras ha prolongado el toque de queda decretado en el marco de la crisis sanitaria que ha dejado la pandemia del COVID-19 que ya ha contagiado a más de dos millones de personas en el mundo.
El COVID-19 ha representado un verdadero agujero en la salud y en la economía de todos los países, y ha puesto de rodillas a las más grandes potencias mundiales, obligando a todos los presidentes a gobernar con el ejemplo, para evitar que sus naciones se vean colapsadas por el extremadamente contagioso virus.
Honduras no ha sido la excepción y ha entendido que el distanciamiento es la única solución posible en la actualidad por falta de vacuna para el COVID-19; sin embargo, han optado por el uso de la fuerza para asegurar que la población hondureña cumpla con las medidas establecidas en el intento por contener el virus que ya ha infectado a más de mil personas en su territorio.