Un día como hoy, pero en 1945, un avión caza B-29 de EE.UU. dejó caer sobre la ciudad japonesa de Hiroshima una bomba atómica mientras se desarrollaba la Segunda Guerra Mundial, dejando más de 600,000 civiles muertos, aparte de más de 20,000 soldados que perdieron la vida.
Hiroshima no fue la única ciudad elegida como objetivo por Estados Unidos, ya que tenían criterios bastante específicos: El primero es que ninguno de los lugares a bombardear podía ser invadido por tierra por los soviéticos hasta el mes de septiembre, el segundo criterio es que las ciudades debían ser muy grandes, es decir, debían tener un gran diámetro para ver la extensión que podía alcanzar la radiación.
Las primeras ciudades en la lista fueron: Kokura, Yokohama, Niigata, Kioto (sustituido posteriormente por Nagasaki) e Hiroshima.