El Real Madrid necesitaba una victoria y un empate en los dos partidos que le quedaban para ser campeón de Liga, y en su visita a Vigo (1-4) logró el objetivo más complicado, los tres puntos. Ahora, solo uno más, un empate en Málaga, le daría el título.
El arranque de los blancos fue con personalidad, ocupando el campo del conjunto gallego y buscando un primer gol que no tardó en llegar. Lo hizo en un contragolpe que lanzó Marcelo, lo condujo Isco y Cristiano definió con un espectacular zurdazo imparable para Sergio. El gran momento del jugador portugués suma un gran momento más en un final de temporada arrollador.
El Celta se fue haciendo poco a poco con el partido, y cada minuto su dominio se acrecentaba. Con Iago Aspas al mando, las ocasiones empezaron a llegar, y dos disparos del delantero gallego rozaron el empate, pero el balón se perdió en ambas ocasiones a la derecha de Keylor Navas por poco. Sí tuvo que intervenir el portero costarricense en un duro lanzamiento de falta de Wass que el arquero despejó como pudo.
El Madrid estaba siendo encerrado, sí, pero cada vez que salía el gol parecía cerca de llegar. A punto estuvo de lograr el segundo de nuevo Cristiano en una jugada de Benzema por la derecha, pero su pase de la muerte se lo quitó de las botas Roncaglia al luso cuando éste iba a marcar a placer. También la tuvo Karim, pero su disparo fue demasiado inocente, y Sergio Álvarez detuvo sin problemas.
Una liga tan larga quizás se decida por un pequeño detalle nada más comenzar la segunda mitad. Una gran jugada por la izquierda del Celta le dejó el balón franco para rematar a Guidetti cerca del punto de penalti. Una ocasión prácticamente inmejorable. Pero el delantero se hizo un lío, no acertó a disparar y la zaga blanca sacó el balón. Inmediatamente después, Isco agarró el balón, se zafó de varios jugadores en el medio del campo con maestría y su pase al hueco, milimetrado, lo recogió Cristiano para soltar otro zurdazo y hacer el segundo del Real Madrid.
Si había alguna opción de remontada de los de Berizzo, estas parecieron desvanecerse con la expulsión de Aspas. El delantero gallego cayó en el área ante Sergio Ramos, el árbitro entendió que se había tirado y le enseño la amarilla. Como ya tenía una, tomó el camino de los vestuarios.
Eso sí, el Celta no se rindió, tiró de orgullo y Guidetti marcó y metió el miedo en el cuerpo a los blancos después de un error en el pase de Isco. Fue un espejismo, una gran jugada de Marcelo la aprovechó Benzema para, a placer, hacer el tercero.
El Real Madrid buscó ampliar la diferencia, pero Cristiano falló casi a puerta vacía y Modric, Benzema y Lucas Vázquez no acertaron en varias claras ocasiones. Al final, lo acabó haciendo Kroos a poco del final. Un punto más da la Liga a los blancos.