Agentes de la Policía Nacional Civil (PNC) de Honduras realizaron hoy el traslados de 755 pandilleros recluidos en el centro penal de San Pedro Sula, departamento de Cortes, al norte del vecino país.
Ahí descubrieron la vida de lujos a los que los reos estaban acostumbrados. Salas cómodamente amuebladas, aire acondicionados, televisores plasma, equipos de sonido y amplias camas estaban en las celdas de los integrantes de maras y pandillas.
Los efectivos policiales constataron que las condiciones que tenían los privados de libertad eran mayores los de una familia de clase media baja.
Recintos con piso de cerámica, sanitario y ducha propios, espejos y múltiples estantes para colocar los abundantes productos de aseo personal.
Según las autoridades, esta dinámica funcionaba a través de intimidaciones al director de penales y custodios, que permitían estas comodidades a los líderes de las estructuras criminales.
A partir de hoy, los reclusos serán sometidos a un régimen más severo en las prisiones de máxima seguridad en el centro penitenciario El Pozo, en Ilama, Santa Bárbara, y la cárcel de La Tolva, en el departamento de El Paraíso.
Fotos/cortesía El Heraldo