El presidente de la Confederación Sudamericana de Fútbol (CONMEBOL), Alejandro Domínguez, condenó hoy la corrupción entra la institución que dirige en la adjudicación de la final de la Copa América 2007, que se jugó en la ciudad de Maracaibo, Venezuela.
Domínguez ordenó una investigación formal al respecto luego que el ex alcalde de la ciudad venezolana, Giancarlo Di Martino, declaró que pagó un millón de dólares a directivos de CONMEBOL de esa época para que se disputase allí el partido decisivo.
“Condeno enérgicamente la corrupción del pasado que tanto daño le ha hecho al fútbol sudamericano. Dentro de nuestro compromiso con esclarecer las cuentas y hacer justicia, he ordenado investigar a fondo estas graves denuncias”, estableció Domínguez en un comunicado.
El edil Di Martino señaló a Eugenio Figueredo, vicepresidente de la CONMEBOL en aquel entonces, como principal interlocutor de la negociación, época en que el ente futbolístico estaba presidido por el paraguayo Nicolás Leoz, ambos involucrados en un escándalo de corrupción que sacudió a la FIFA en 2015 al ser acusados por la justicia de EE.UU. de recibir millonarios sobornos y comisiones.
Tanto Figueredo como Leoz, como el resto de los dirigentes acusados en el llamado “FIFAGate”, esperan por el inicio del juicio en Estados Unidos a comienzos del próximo año, mientras cumplen arresto domiciliario.