El expresidente de Perú, Alan García, quien se disparó en la cabeza cuando la policía llegó a su casa a detenerlo por el escándalo de corrupción de Odebrecht, dejó una carta escrita afirmando que «no hubo ni habrá cuentas, ni sobornos, ni riqueza».
«He visto a otros desfilar esposados, guardando su miserable existencia. Pero Alan García no tiene por qué sufrir esas injusticias y circos, por eso le dejo a mis hijos la dignidad de mis decisiones, a mis compañeros una señal de orgullo, y mi cadáver como una muestra de mi desprecio hacia mis adversarios porque ya cumplí la misión que me impuse”, leyó Luciana García, una de las hijas del exmandatario.
García, gobernó Perú en dos ocasiones, la primera en el periodo de 1985 a 1990 y el segundo mandato de 2006 a 2011. El exmandatario falleció en un centro hospitalario tras sufrir 3 paros cardiorespiratorios, informaron autoridades de la División de Criminalística del Perú (Diningri).