El 21 de junio del 2015, tres años después de la tregua del gobierno con los terroristas, pandilleros abrieron fuego de la nada contra dos soldados que custodiaban la estación del SITRAMSS, en las cercanías de la Terminal de Oriente, de San Salvador.
La Fiscalía General de la República (FGR) y la FAES identificaron a las víctimas como José Otoniel Perlera Ascencio y José Jaime Henríquez Ayala, cuyas edades oscilaban entre los 20 y 25 años. Uno de los militares pereció de inmediato, mientras que el otro murió cuando era trasladado a un hospital.
De acuerdo con fuentes policiales, ambos soldados fueron acribillados a quemarropa con armas cortas y según unos testigos con régimen de protección el doble crimen fue perpetrado por al menos tres pandilleros, uno de los cuales aparentó ser indigente para acercarse a los efectivos.
Los delincuentes huyeron a pie y, con las armas en las manos, se internaron en varias comunidades para poder escapar de la escena del crimen, pero luego abordaron un auto tipo sedán que ya los esperaba.