En Haití, la población sufre de un crítico brote de violencia, debido a que los mandatarios haitianos han dependido cada vez más de las pandillas callejeras, sumado a la pobreza, el legado del colonialismo, la deforestación generalizada y la interferencia europea y estadounidense.
Según lo destaca un artículo del medio internacional, The Associated Press: “Las intervenciones de Naciones Unidas y Estados Unidos han ido y venido. Sin una tradición de instituciones políticas limpias, los líderes haitianos han utilizado a civiles armados como herramientas para ejercer el poder.”
Nota de referencia: ¿Por qué es Haití tan caótica? Los líderes usaron a las pandillas, pero las pandillas ganaron fuerza
Hace décadas que Haití no tiene un ejército permanente o una fuerza de policía nacional fuerte y bien financiada. En la actualidad, el estado se ha debilitado hasta el extremo y las pandillas ocupan su lugar.
Ante esto, el Presidente de El Salvador, Nayib Bukele, compartió: “Podemos arreglarlo. Pero necesitaremos una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU, el consentimiento del país anfitrión y todos los gastos de la misión que cubrir”.
El Salvador, gracias a la visión del Presidente Bukele, pasó de ser uno de los países más peligrosos del mundo, a ser el más seguro. Los excelentes resultados del Plan Control Territorial permiten que ahora la población viva en paz y seguridad.
Asimismo, el papa Francisco instó a un «apoyo renovado de la comunidad internacional» para conseguir «la paz y la reconciliación» en Haití.