El 20 de junio de 2010, El Salvador fue testigo de uno de los hechos más sangrientos en su reciente historia: pandilleros secuestraron y luego incendiaron un microbús con civiles a bordo, como respuesta a una disputa entre el barrio 18 y la MS-13. Este día, se cumplen 14 años de este atroz suceso.
Lo que ocurrió
Un día antes de esta tragedia, el 19 de junio de 2010, un miembro de la pandilla Barrio 18 (alias “Crayola”) fue asesinado en una balacera en Mejicanos. Sus compañeros, también criminales miembros de esta banda, se enteraron que los responsables huyeron en un microbús de la ruta 47 a una colonia controlada por la MS-13.
Como respuesta, se dieron dos ataques por parte de los pandilleros del Barrio 18: el primero, los criminales dispararon contra un microbús que venía de aquella misma colonia, gobernada por la MS-13. Esto resultó en la muerte de una niña y el conductor.
El segundo ataque fue el violento hecho de incendiar el microbús de la ruta 47. Allí dispararon contra una treintena de personas aterrorizadas, que se agolpaban en la parte trasera mientras veían cómo los pandilleros rociaban con gasolina la puerta y el pasillo del vehículo y le prendían fuego.
Los pasajeros a bordo, con niños e incluso bebés, trataron de escapar desesperados por las ventanas a medida que el microbús era consumido por las llamas. Pero al salir envueltos en humo y fuego, algunos eran ametrallados por pandilleros que esperaban fuera. El resultado de esto fueron 17 personas inocentes que murieron carbonizadas en el mismo lugar o a los pocos días en los hospitales, y otras 15 sufrieron heridas de extrema gravedad. Este hecho conmocionó a todo el país.
Esta tragedia ocurrió bajo el gobierno del expresidente por el FMLN, Mauricio Funes. El entonces presidente salvadoreño prometió una indemnización de US$2.000 para cada familia que nunca llegó.
Funes, años después, pactó una tregua con estos mismos grupos que causaron tantos eventos como este, llenos de tragedia, en el país.