España ha vuelto este jueves a situarse en riesgo alto de transmisión por coronavirus y la incidencia acumulada ha vuelto a los niveles registrados a finales de agosto, superando, por primera, vez los 300 casos por cada 100 mil habitantes en 14 días desde que el ministerio de Sanidad y las comunidades aprobaran un nuevo semáforo covid más laxo, que situaba en esta cifra el listón para elevar la alerta.
Es la tercera vez que España pasa este umbral de 300 diagnósticos: en la primera ola no se alcanzó porque se detectaban muchos menos casos de los que se produjeron y la cuarta llegó a un máximo de 235,6, el pasado 26 de abril, muy lejos del tope absoluto: 899, el 29 de enero de este año, durante la tercera.
«Es un escenario muy distinto a todos los que hemos vivido hasta ahora», señala Antoni Trilla, catedrático de Salud Pública de la Universidad de Barcelona. «Es importante mirar el número de casos, pero nos tiene que preocupar más la saturación hospitalaria. Si seguimos aumentando mucho la transmisión acabaremos todos más estresados, pero el sistema está a unos niveles de ingresos y UCI que de momento son gestionables, mucho menores que en otras olas», añade.