El Salvador lleva diez años siendo la economía con el menor crecimiento en Centroamérica, según datos extraídos de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).
Desde el año 2006, El Salvador se colocó en el último lugar en cuanto al crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) anual de todas las economías de centroamericanas. En ese año, el país creció 3.9%, mientras Nicaragua fue el segundo país con la menor tasa de crecimiento, con 4.2 %; y el vecino país fue superado por Honduras con 6.6%, y Guatemala con 5.4%. Costa Rica lideró el dinamismo económico de la región una tasa de 8.8%.
Desde ese año, El Salvador se ha caracterizado por puntuar como el país con el crecimiento económico más lento. Así como el país más vulnerable a las crisis económicas mundiales, pues durante la crisis mundial de 2009 fue la economía centroamericana que experimentó una mayor recesión.
En 2009, el año de la crisis inmobiliaria en Estados Unidos que repercutió directamente en las economías mundiales, El Salvador tuvo una tasas de crecimiento negativa de menos 3.1%, la peor en más de 30 años.
Luego de la crisis, el 2015 fue el mejor para la economía salvadoreña, a pesar de que siguió siendo el peor a nivel regional, cuando registró un 2.5 % de crecimiento.
En 2016, el crecimiento se contrajo en 0.3% y El Salvador recibió una degradación general por parte de las calificadoras crediticias debido al peligro que la nación corrió de caer en impago. Esto se debió crisis del sistema previsional y a la alta tensión política que el país sufre.
Asimismo, la CEPAL señala que dados los resultados de los últimos años, las previsiones para el 2017 indican que El Salvador seguirá siendo el país con el menor crecimiento económico de la región.