El Salvador fue el único país de Centroamérica en registrar una caída en los precios de alimentos y bebidas no alcohólicas a finales de 2024, según el informe de la Secretaría Ejecutiva del Consejo Monetario Centroamericano (Secmca). Esta caída fue medida por el Índice de Precios al Consumidor (IPC), que se utiliza para evaluar la variación en los precios de una canasta básica de bienes y servicios.
A lo largo de 2024, la inflación de alimentos y bebidas no alcohólicas se disparó en varios países de la región, convirtiéndose en uno de los temas más relevantes en la economía centroamericana, debido a la presión sobre la canasta básica. Sin embargo, El Salvador logró cerrar el año con una deflación de -0.47 %, lo que representa una disminución generalizada de los precios en este rubro.
Este logro fue atribuido en parte a las iniciativas del gobierno, como la distribución de productos a bajo costo a través de los agromercados y la central de abasto de Soyapango, que ayudaron a mitigar los efectos de la crisis en los precios alimentarios provocada por las fuertes lluvias que afectaron el campo en la segunda mitad de 2024. A pesar de la crisis, El Salvador logró mantener un control eficaz sobre los precios.
Por otro lado, Guatemala lideró la región con la tasa más alta de inflación interanual en alimentos y bebidas no alcohólicas, mientras que Panamá reportó la tasa más baja. La deflación en El Salvador se sumó a otros esfuerzos para controlar la inflación, lo que lo posicionó como un referente en la región en cuanto a la estabilización de precios.