Este domingo se celebra al platillo tradicional más preferido de la familias salvadoreñas aquí y en el mundo, las pupusas.
El delicioso alimento fruto de la cultura precolombina y colonial, combinó como soporte a la masa de maíz y el relleno de frijol, de nuestros antepasados, junto al queso producto de los vacunos que trajeron los españoles.
En la actualidad las hay de todas las verduras y proteínas y se han configurado como la comida característica de la tierra cuscatleca.
Los pobladores del municipio de Olocuilta, La Paz, tienen como principal actividad comercial la venta de pupusas con masa de arroz y cada año realizan un desfile desde los barrios centrales hasta el puposodromo El Manguito, en honor a las delicias salvadoreñas.
Este manjar nunca falta en la mesa salvadoreña y en cada rincón del país se calientan los comales y se ‘echan’ las pupusas que deleitan el paladar de chicos y grandes. Sin embargo, en el Gran Salvador, las pupuserías más famosas son las de Antiguo Cuscatlán, Santa Tecla y Los Planes de Renderos.
Desde el año 2005, la Asamblea Legislativa decretó que cada segundo domingo de noviembre se conmemorará el Día Nacional de la Pupusa.