La Fiscalía de Honduras identificó a su Piwa. La operación Avalancha II que desmanteló la estructura criminal MS en dicho país, se encontró con el mayor testaferro de la pandilla, Óscar Efraín Cortés Cabrera.
Cortés Cabrera, así como El Piwa en El Salvador, era quien daba la cara para invertir con dinero sucio en la compra de bienes, realizar donaciones a iglesias y establecer empresas fachada para justificar los ingresos millonarios de la pandilla.
A El Piwa hondureño le incautaron 22 bienes, entre ellos dos lujosas residencias valoradas en $947 mil dólares y la otra en $300 mil 500 dólares, así como un autolote con 232 vehículos y $2 millones, 191 mil dólares, en efectivo y en libretas de cuentas bancarias.
Según el Ministerio Público de Honduras, la función de Cortés Cabrera era lavar el dinero que la MS-13 recaudaba de las extorsiones, sicariato, venta de drogas y otros ilícitos.
De acuerdo a información el diario local El Heraldo, Cortés Cabrera se reunía en su oficina del autolote con los integrantes del grupo criminal, quienes “le llevaban bolsas negras llenas de dinero que recaudaban por extorsión y otros delitos”.
Al terminarse las reuniones, los criminales salían sin las bolsas negras las cuales quedaban en manos de Cortés Cabrera para hacer el dinero “legal” e invertir el dinero en diferentes rubros, uno de esos era la aportación económica por $3 mil 500 dólares a una iglesia evangélica de la capital hondureña, Tegucigalpa.