El papa Francisco hizo un llamado a los jueces y fiscales de todo el mundo a «no caer en la telaraña de la corrupción» y a rechazar cualquier tipo de presión por parte de los gobiernos, entidades privadas o «estructuras de pecado» como las mafias.
«Yo sé que ustedes sufren presiones, amenazas, y sé que hoy día ser juez, ser fiscal, es arriesgar el pellejo. Y eso merece un reconocimiento a la valentía de aquellos que quieren seguir siendo libres en el ejercicio de su función jurídica», dijo recientemente.
Añadió que, «sin duda, uno de los más grandes males sociales es la corrupción en todos los niveles», ya que «debilita cualquier Gobierno, la democracia participativa y la justicia».
De acuerdo con el máximo jerarca, «sin esta libertad, el poder judicial de una nación se corrompe y siembra corrupción». Es a raíz de esto que exhortó a los magistrados a «realizar su labor esencial, la de restablecer la justicia sin la cual no hay orden ni paz social».
Bajo su punto de vista, «el juez es a la justicia como el religioso y el filósofo a la moral o el gobernante y cualquier figura del poder soberano es a lo político».