Durante la última década, Perú ha mostrado una disminución del 50 % en su índice de pobreza. Unas 7 millones de personas han salido de esta condición social, según un análisis efectuado por la BBC. Según el estudio, el programa de ajuste estructural iniciado en los años 1990 le permitió al país sudamericano plantearse una liberalización de su economía, abrir las puertas a nuevos mercados, beneficiarse de los buenos precios de la exportación de minerales, atraer inversión extranjera, disminuir la deuda pública y la inflación e incrementar el ahorro nacional.
Estas medidas, sumadas a la firma de varios acuerdos de libre comercio, lograron que Perú se convierta en una de las economías de mayor crecimiento en Latinoamérica. Sus exportaciones se han incrementado de 3.000 millones de dólares en 1990 a 36.000 millones de dólares en 2010.
Especialistas peruanos consideran que el crecimiento económico de su país puede considerarse como inclusivo, pues ha beneficiado tanto a los más pobres como a los más ricos del país, pero logrando disminuir la desigualdad social.
A pesar de ello, el país aún cuenta con problemas difíciles de superar. Las áreas rurales todavía mantienen altos índices de pobreza con problemas de inversión en los proyectos de salud y educación. La corrupción y los negocios informales —que no pagan impuestos— son algunos de los males más difíciles de combatir para este país que, sin embargo, refleja uno de los índices económicos más positivos de la región.