La constructora Salazar Romero continúa destruyendo el sitio arqueológico Tacuscalco, en Sonsonate, a pesar de que hay seis órdenes de suspensión de la obra y de que la Fiscalía General de la República (FGR) ha admitido que existe delito, según el periódico digital El Faro.
Salazar Romero ha subcontratado a Inversiones Fénix para la construcción de 603 casas en la urbanización Acrópolis, ubicada al costado de la carretera que va de Sonsonate a San Salvador.
Los trabajos continúan destruyendo las estructuras del sitio prehispánico, no obstante que la FGR presentó una denuncia contra Rodolfo Joaquín Recinos de León, propietario de Inversiones Fénix, y Carlos Eduardo Nosthas Castillo, jefe del proyecto de construcción.
Según el requerimiento las dos personas fueron acusadas de construcción no autorizada, daños agravados, desobediencia a particulares e infracción contra las medidas de registro, control y circulación. porque según el Ministerio Público la construcción es ilegal.
Sin embargo tardó siete meses para solicitar la suspender la obra, a pesar de que fue notificada con bastante antelación para eitar que avanzara la construcción, a lo que el titular de la FGR, Douglas Meléndez, respondió que “las investigaciones toman tiempo”.
Por su parte Silvia González, representante legal de Inversiones Fénix, dijo que la zona arqueológica ha sido respetada; y que por lo tanto las órdenes de suspensión de obra son ilegales, por lo que se niegan a detenerla.
La construcción comenzó en julio de 2017, pero un mes después, la Secretaría de Cultura empezó a recibir denuncias de pobladores de la zona sobre la afectación a los sitios arqueológicos Tacuscalco y Nahulingo.
En enero de 2018, la jueza ambiental Norma Lemus de Milla dio una resolución en la que reconoció la facultad de Secultura para decretar el paro de obra, pero no lo hizo efectivo nadie, por lo que la destrucción de las estructura arqueológicas continúan.
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