Los datos cronológicos de la Presa “El Chaparral” develan que tanto los gobiernos de ARENA y FMLN, utilizaron el proyecto para lactarse del dinero público, ya que jamás la concluyeron, en 2008 el expresidente, Elías Antonio Saca, colocó la primera piedra, con un costo inicial de $200 millones.
En 2009, cuando entró a la presidencia Mauricio Funes, el costó se duplicó a $400 millones, sin embargo, tras reportar “fallos técnicos” el valor de la obra se elevó a $600 millones, en ese entonces, la Fiscalía descubrió que la empresa contratada, ASTALDI, desvió dinero a una cuenta en Panamá, propiedad de la excompañera de vida del expresidente.
Pasados 6 años, en 2014, inició su periodo presidencial, Sánchez Cerén, ahora prófugo de la justicia salvadoreña, y tampoco hubo avances, la obra fue completamente abandonada y los $600 millones no fueron invertidos.
El proyecto fue retomado por el actual Presidente de El Salvador, Nayib Bukele, quien en tan solo 4 años finalizó completamente la obra, dejando en evidencia que sí podía finalizarse, pero no hubo interés de los gobiernos anteriores por terminarla, pese a los grandes beneficios que traería para la población salvadoreña.