Uno de cada tres salvadoreños es migrante, es decir el 30% de la población, según la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO). En promedio 300 personas, incluso menores de edad, salen a diario del país en busca del sueño americano, a pesar del endurecimiento de la política migratoria por parte del presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
El fenómeno migratorio en los países del Triángulo Norte, integrado por Guatemala, El Salvador y Honduras, tiene sus orígenes en factores como la reunificación familiar en Estados Unidos, la falta de oportunidades laborales, la falta educación, el poco acceso a servicios básicos, la inseguridad y la pérdida de los medios de vida a causa del cambio climático, entre otros factores, destaca la FAO en un comunicado.
Sin embargo, muchos de los migrantes no logran su objetivo de llegar a los Estados Unidos. De acuerdo a la Dirección General de Migración y Extranjería de El Salvador, a diciembre 2016, un total de 216 mil 872 personas habían retornado a estos países de Centroamérica; y en los primeros tres meses de este año ya se reportan 37 mil 720 personas retornadas desde México y Estados Unidos, en su mayoría.
Para atender las necesidades básicas de estas personas, la FAO coordina con la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) la reintegración de la población migrante retornada a zonas rurales, mediante la ejecución de varios proyectos orientados a la producción sostenible de alimentos y otras actividades generadoras de ingresos.
Entre los proyectos a ejecutar en El Salvador están la producción de hortalizas en huertos familiares con tecnologías de bajo costo, huertos comunitarios como un espacio de producción y convivencia, producción de aves de corral adaptadas a las zonas, producción de peces, emprendimientos con actividades rurales no agropecuarias; prestación de servicios, entre otras.
Como una acción de este Plan de trabajo articulado entre la FAO, el Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) y Cancillería se ha iniciado con la entrega de insumos a familias del municipio de San Agustín, en el departamento de Usulután, para el establecimiento de granjas de gallinas ponedoras y proyectos de apicultura.