Un juzgado estadounidense negó el asilo a un joven salvadoreño detenido en el estado de Carolina del Norte en los primeros meses del 2016 y que afirma que llegó al país del norte cuando aún era menor de edad, tras huir de las amenazas de las pandilla MS-13 en El Salvador, informó hoy la organización United We Stand a agencias internacionales.
Tras casi un año detenido, un juez de Stewart Lumpkin negó a Santos Geovanny Padilla Guzmán, de 19 años, la petición de asilo, según confirmaron los portavoces de la organización, que asiste a la familia en el proceso legal.
“Stewart es una de las peores cortes para aprobar casos de asilo. Además, después de las acciones ejecutivas anunciadas por el presidente (Donald) Trump, la situación se ha puesto más delicada”, dijo Byron Martínez, de United We Stand.
El activista señaló que a pesar del golpe anímico, la familia se mantiene con esperanzas ya que el juez, quien dio a conocer su decisión el pasado viernes, otorgó al joven la oportunidad de apelar el caso, lo cual buscarán hacerlo en el estado de Virginia.
“Cuando Santos entró a Estados Unidos era menor de edad y su caso correspondía ser escuchado en Virginia, lo que no pasó porque USCIS (Servicio de Ciudadanía e Inmigración) lo entrevistó en Atlanta (Georgia) cuando ya era mayor de edad”, mencionó Martínez.
Santos Padilla es el único de los jóvenes centroamericanos del grupo conocido como “NC6” que permanece detenido a causa de su estatus migratorio.
Fue arrestado el 19 de febrero de 2016 a las afueras de un complejo de apartamentos en la ciudad de Raleigh, capital de Carolina del Norte por agentes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, en inglés) cuando se dirigía a su trabajo.
“Abandonó su país luego de recibir amenazas de la pandilla MS-13 y ser testigo del crimen de su primo y un amigo. Si Santos regresa a El Salvador es su sentencia de muerte”, afirmó Martínez.
Originario de San Miguel, El Salvador, el compatriota fue uno de los nueve jóvenes de Carolina del Norte arrestados entre enero y febrero de 2016, luego de que el Departamento de Seguridad Nacional (DHS, en inglés) intensificara los arrestos de jóvenes centroamericanos que llegaron a Estados Unidos huyendo de la violencia pandilleril de sus países.