ARENA sabe que con la campaña negra su candidato no sube, pero buscan desesperadamente evitar que Nayib Bukele gane en primera vuelta restándole algunos puntos. Su esperanza es un milagro en segunda vuelta, pero en todo los escenarios su único camino es la derrota
ARENA aún cree que las campañas de ataque y de miedo funcionan. Aún creen que los salvadoreños vivimos y viremos por siempre en su finca, en su parcela. Que somos una especie de esclavos modernos, que no importa las veces que nos hayan hecho daño, mentido o robado, nosotros seguiremos a la par de ellos eternamente. Hablan de defender la democracia, pero ofenden y menosprecian llamando “trolles” a quien piensa distinto de ello. ARENA sigue creyendo que tienen el monopolio de la verdad, que los medios tradicionales siguen siendo omnipotentes.
Es verdad que los salvadoreños vivimos en continuo miedo. Miedo de ser asesinados por pasar en el lugar equivocado, de ser víctimas de las maras, de perder nuestro empleo, de que nos extorsionen. Desde la guerra, vivimos en miedo. Y ARENA ha convertido el miedo en su principal negocio, pero esto parece que se ha acabado.
La principal campaña de miedo para ARENA es ver a Nayib Bukele liderando todas las encuestas. Les da miedo haber tirado millones a la basura y seguir al menos a catorce puntos de distancia o más en todas las encuestas serias. Les da miedo que, a pesar de tanta campaña sucia en contra de Bukele, la gente les exige que #DevuelvanLoRobado. Les da miedo que por más que lancen al alcalde de San Salvador, al presidente de su partido, a sus diputados más conocidos, a un abogado prestanombre con vínculos con el terrorismo, al mismo Fiscal de la República, Bukele parece tener una coraza entre los votantes. A ese miedo, ARENA responden con más miedo.
Es una campaña indecente, torpe, con olor a cloaca. Un ejemplo de esto es la acusación contra Bukele que es musulmán y que no cree en Dios, buscando ponerse en contra a los cristianos. O que Bukele es el responsable de lo robado durante los gobiernos de ARENA, época en la que él apenas era un veinteañero. ARENA vive del miedo y todavía sobreviven dentro de ese partido algunos que todavía suspiran por aquellas épocas donde simplemente echaban vivos al mar o al Lago de Ilopango, desde helicópteros, a opositores o los mandaban a desaparecer.
ARENA sabe que con la campaña negra su candidato no sube, pero buscan desesperadamente evitar que Nayib Bukele gane en primera vuelta restándole algunos puntos. Su esperanza es un milagro en segunda vuelta.
Pero no se dan cuenta que el principal miedo de los salvadoreños es la corrupción de los mismos de siempre. Una corrupción que nos mantiene en la pobreza, que no hace crear buenos empleos sino empleos con sueldos de miseria, que nos mantiene sin salud, sin seguridad y sin esperanza.